El poder de los detalles

Llevo ya tiempo posponiendo esta pequeña historia que hoy os presento. Para muchos a lo mejor no significa demasiado, pero la realidad es que para las personas que forman parte de esta historia sí que lo hace, incluyéndome yo misma.

Desde hace mucho ya, solemos enviar paquetes con los pedidos de tinturas madre, de mi libro, o de alguna pomada. Para ello, necesitamos pequeñas cajas que nos aseguren que todos nuestros envíos llegan a su destino sanos y salvos. cada vez que dispongo de un poco de tiempo me dedico a ir a buscar estas cajitas. son cajas especiales para cada una de las personas que las reciben, y lo digo porque recibo a diario mensajes de estas personas comunicándome cuanta ilusión les ha hecho recibir por correo su pedido en estas cajitas “tan mágicas”. hay personas incluso que me dicen que esperan a ver que cajita les llega esta vez. de alguna manera se ha convertido en un precioso fenómeno de enviar todo mi amor a través de ellas.

Cuando comenzamos a mandarlas recuerdo que David les colocaba las etiquetas con la dirección arriba y yo continuamente le pedía que no lo hiciera, a lo que me decía que así estaba bien y que era simplemente un envoltorio. Pero un día nos reímos muchísimo, porque él mismo recibió su mensaje, de que lo que yo le pedía tenía su importancia. Cuando llevó los pedidos a la agencia de transporte con la que trabajamos, Carmen (la dueña) le comentó a David que que bonitas eran las cajas que siempre enviábamos y que día tras día esperaba a ver que cajitas nuevas llegaban. Realmente nos sorprendió que para una persona que pasa la vida enviando paquetes, estos detalles llamaran su atención.

A partir de ese día David no volvió a poner las etiquetas arriba :); y casi día sí día no, hasta hoy, nos llegan mensajes de las personas que la reciben dándonos las gracias por el amor que emiten nuestros envoltorios. En cierta ocasión una persona me dijo que la caja que le había enviado era igual que la de la colección de cajas que hacia su hija. esto me llamó mucho la atención, porque tenía varias para elegir, pero elegí justo esa. Su hija estaba feliz porque el tamaño era justo el que le faltaba.

Así año tras año hemos ido recibiendo estos mensajes. Ayer el último decía “Hola Elena, he recibido ya el paquete y acabo de abrirlo ahora. Bueno…¡Cuánto cariño se nota en el embalaje, en la preparación del paquete! me ha encantado. ya la otra vez me encantó la cajita donde veían los botecitos. Y ahora me ha hecho una ilusión volver a recibirla…preciosa. pero el detalle de los piececitos y del corazón… Muchísimas gracias. Me has alegrado el día.”

Bueno, solo os cuento todo lo anterior para que no menospreciemos el poder de los detalles. Algo que para muchos puede ser tan insignificante como una caja, puede tener un tremendo poder de evocar nuestra mas tierna infancia, la ilusión de recibir algo hermoso y sin ningún valor material, pero con un infinito valor sentimental. A veces siento, que como adultos hemos olvidado la capacidad de asombrarnos y que ya solo damos valor al contenido. pero os aseguro que para muchas personas que reciben estas cajitas mágicas, la mayoría de las veces es más importante el continente que el contenido.

os animo a que alegréis el día a muchas de las personas que tenéis a vuestro alrededor, no solo con una cajita, sino buscando la manera de que reciban algo que a lo mejor llevan toda su vida esperando y aún no lo han recibido. para eso hay que indagar, observar y escuchar. la mayoría de nosotros tenemos deseos muy sencillos de cumplir. Y por supuesto os invito también a que esos pequeños detalles os los hagáis a vosotros mismos, así como que expreséis a los demás vuestros mas profundos anhelos. Os sorprenderá ver que todos los seres humanos estamos deseando hacer feliz a las personas que tenemos más cerca.

Que tengáis todos un feliz y mágico día.

El Sueño de Morfeo

Estos últimos meses he observado con asombro lo frágil que puede ser en ocasiones el ser humano cuando el miedo y la tristeza se han apoderado de su corazón. Estoy segura que mucho os vais a sentir reflejados en todo lo que intento transmitir a través de las palabras, para liberar mi corazón y dar rienda suelta a mis sentimientos más profundos.

Es sorprendente como algunos prefieren la vida a toda costa, que la propia libertad. Sorprendente para mi ¡claro!,porque a otros lo que les sorprende es que yo prefiera una y mil veces la libertad por encima de todo. No tengo miedo a la vida y a lo que estar viva conlleva, nunca lo he tenido y nada ni nadie harán que surja ese sentimiento dentro de mí.

Con esto no quiero decir que las personas que tienen miedo estén equivocadas, o que yo sea un estandarte de la verdad. No es esa mi intención. A lo que me refiero es que no puedo ir en contra de lo que soy y de lo que siento, y que por mas meses que pasen, incluso si pasara toda una vida, me seguiría impresionando salir a la calle y ver el miedo en los ojos de las personas, los labios que besan tapados y los abrazos prohibidos.

Llevamos años sabiendo que algo muy fuerte sucedería en algún momento, para que pudiéramos ser fuentes de conciencia absoluta y que en un destello como el que yo tuve, supiéramos que era ya el momento de decir ¡basta! No quiero más de esto, no quiero participar en un mundo que me excluye, y que no da cabida a la libre expresión de nuestros mas profundos anhelos.

Decía Nelson Mandela que la muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré para la eternidad.

El sentido del deber es algo que no se puede enseñar, es una fuerza que todos llevamos dentro y que irremediablemente sale cuando tiene que hacerlo. El sentido del deber que me ronda en estos últimos meses es hacer por mi pueblo lo único que sé hacer, lo único que siempre he hecho, Amar con mayúsculas y amar sin juicio cuando de forma natural ese juicio desaparece.

Pasé de la ira a la compasión y en esa compasión se que todos estamos desempeñando el papel que nos corresponde. En esta ocasión me ha tocado estar en la resistencia, lo que a veces como sabía Neo, es mucho mas duro que haberse tomado la pastilla azul: “La píldora azul le permitirá olvidar lo sucedido y permanecer en la realidad virtual de Matrix, mientras que la roja lo liberará de ella y lo conducirá al mundo real”. En un momento de mi vida, hace ya muchos años la existencia me dio a elegir entre permanecer en una realidad virtual o liberarme y ver el mundo tal y como es. Bueno…supongo que ya sabéis lo que elegí, aunque como Cifra, el personaje arrepentido de la película, muchas personas han buscado la verdad y al conocerla , deciden que prefieren volver al mundo irreal, al mundo de fantasía e ignorar la realidad.

La verdad es que no os voy a negar que es una elección muy sugerente y tentadora, pero me temo que son ya muchas las vidas que esta humilde alma ha encarnado en un cuerpo y si os digo la verdad, este tema de la manipulación y el control ya me aburre. Mi corazón late por vivir amando lo que hago, elegir lo que realmente disfruto al margen de una sociedad que insiste en que no soy la dueña de mis actos, ni de mi propia vida. No estoy de acuerdo, me niego y desobedezco, pero a su vez acepto y entendiendo la libre elección que ejerce cada ser humano sobre su existencia y su destino.

Me desperté del sueño de Morfeo señores, no contéis conmigo para seguir sosteniendo toda esta locura. Demasiadas vidas durmiendo…¡ES HORA DE DESPERTAR!

 

Todos necesitamos ser tocados

 

A través del tacto me sumerjo en la vida, que es tu vida y me voy dejando sentir lo que tu alma necesita, en ese mismo instante, en ese momento presente.

No veo, solo siento.
No miro, solo intuyo el camino que recorren mis manos, sin mas guía que mi propio corazón.
Y las puertas de la memoria se abren cuando sienten el AMOR presente, porque con tanto amor se vuelven confiadas.

Nada que temer.

Muchas personas solo esperan el momento de abrirse a la existencia, en presencia de aquellos que hacen su trabajo, sin juicio ni expectativas.

AMAR SIN CONDICIONES a la persona que tienes entre tus manos, es la mejor terapia que conozco. Porque solo necesitamos que alguien nos sostenga y pueda ver nuestra belleza infinita, nuestra perfección divina.

Que nos reciban con las manos abiertas y sin miedo a la intimidad o al contacto. Que nos amen tal y como somos en este mundo dual. Y sobre todo que no se espere nada de nosotros.

Y en el acto de entregarme sin condiciones a través de mis manos, recibo mas de lo que doy…recibo AMOR como respuesta, y un profundo agradecimiento por permitirme ser YO, en mi máxima expresión.

A partir de ese instante en que nos entregamos por completo, es la conciencia infinita quien guía mi intuición, mis sentidos y el ritmo del masaje.

Es entonces cuando dejamos de ser Tu y Yo y nos convertimos en UNIDAD.

Y solo entonces adivinamos que ya somos perfectos, que ya estamos completos, que somos aquello que estamos buscando. Que por más que nos empeñemos en alejarnos una y otra vez de nosotros mismos, la vida nos traerá de vuelta una y otra vez al lugar del que nunca nos fuimos.

                                                                                                                                                                        Elena Marín

                                                                                                                                                    Sobre el Masaje Re-Nacer

Hoy cierro otro ciclo de mi vida

 

Hoy, a medio día, he cerrado un ciclo más de la rueda de mi vida. Después de toda esta situación, Naturcoach el centro donde imparto mis cursos desde hace seis años, ha cerrado y he ido a recoger todas mis cosas.

La historia de mi vida es cerrar ciclos, bueno todos lo hacemos, pero en mi caso esto se hace en periodos muy cortos de tiempo y por lo general muy intensos. Hace años una chica que conocía y con la que estudié mas tarde el calendario maya, me hizo mi propia carta natal maya, donde describía perfectamente esto que os estoy compartiendo.  Cada cuatro años entro en el Enlazador de Mundos, que simboliza la muerte, y al año siguiente entro en el Dragón, que simboliza los comienzos. Aprendimos en ese curso a hacer también el Castillo de la Vida, y efectivamente pude comprobar que desde mi nacimiento, cada cuatro años sucedían situaciones de desapego ligadas a profundas revelaciones, que me empujaban a inevitables inicios, a crear y a construir una vida nueva cual ave fénix, que se eleva volando de las viajas cenizas que componían su cuerpo.

Esta es la historia de mi vida, y me agrada ver como el aprendizaje ya se ha realizado, porque espero ilusionada ese nuevo comienzo, agradeciendo todo lo vivido, todo lo experimentado. No encuentro en mi ningún asomo de apego, tristeza o añoranza, solo una sutil sensación de gratitud.

Comencé mi andadura en Yoga lounge, una sala en Canillejas que pertenecía a Nadia Alkatabi, y que con los años hemos forjado una bonita amistad. Todos los centros en los que estuve, después han ido cerrando o cambiándose de zona una y otra vez. ¡Tuve hasta mi propio centro dos veces! Casi lo había olvidado. El primero cuando estudiaba reflexología podal en la Puerta de Toledo se llamaba Al-Kymia, el segundo El Arbol de la Vida… En todos ellos tuve aprendizajes duros, pero tremendamente transformadores. Conocí gente estupenda, pero también conocí personas que me mostraron mi lado más oscuro. Pero sobre todo crecí en madurez y sabidurí,a y todo ello me fue llevando casi sin apenas darme cuenta hacia el espacio sagrado de mi corazón.

No hay errores en la vida, ni uno solo. No hay nada que mirando hacia atrás hubiera cambiado, absolutamente nada. Todo ello me ha traído hasta este momento, hasta estar escribiendo estas palabras. Todo lo vivido me está dirigiendo al lugar donde siempre anhelé. “Un trocito de verde en Madrid” se ha convertido en un paraje natural de 28.000 metro cuadrados, en una sierra con bosque autóctono en pleno monte, donde la bóveda celeste por las noches es una de las cosas mas impresionantes que han visto mis ojos.

Por lo tanto comprenderéis que me desapegue una y otra vez, cuando todo lo que llega después, está mas y más en consonancia con mi Ser, con mi esencia y con mi corazón.

No busco ya nada más que dar mis cursos en la paz y el silencio que emanan de la naturaleza, unidos en el círculo de nuestra preciosa Yurta, tomando un té bajo una encina centenaria, cuidando, acogiendo, celebrando y compartiendo con todos aquellos buscadores de la verdad, desde la mas absoluta simplicidad y admiración por la vida.

Ya solo queda el fluir y el deleite de una vida realizada, sin lucha, sin búsqueda, sin objetivo…

Elena Marín

 

 

Nadie necesita ser salvado

Nadie necesita ser salvado

Las personas no tienen que ser salvadas o rescatadas por otras personas o por sus terapeutas. La función del terapeuta es la de acompañar y enseñar desde su propia experiencia, no la de salvar. A partir de ahí, es cada persona la que se salva a si misma. Como terapeutas somos catalizadores de la sanación, pero no sanamos a nadie.

Llevo muchos años haciendo terapias y en los comienzos de mis andaduras terapeuticas, sí creía que yo era la responsable de la sanación de las personas que llegaban hasta mi, y ciertamente ponía mucho empeño en ello. En una ocasión alguien me dijo “No te preocupes Elena, cuando lo necesite iré a verte” . Esta frase produjo un fuerte impacto en mí, porque solo entonces me di cuenta de que era yo la que estaba preocupada y no ella. Esto me hizo cambiar profundamente mi percepción de la sanación y de donde provenían mis sanaciones. Y de donde venían, era de mi necesidad de ver a esas personas curadas.

Era por entonces que llegaron las enseñanzas de Shamballa a mi vida y gracias a ellas pude comprender los mecanismos de la sanación y del acompañamiento y servicio del terapeuta para con su paciente. En mi experiencia las sanaciones mas profundas y conmovedoras que he vivido de personas que llegaron a mi, han sido aquellas en las que no he interferido en absoluto en su proceso. No he buscado su salvación, ni rescatarlos de sus circunstancias de vida o de su dolor.

Lo que si he hecho, es tomar cada vez más conciencia de la función que como terapeuta del espíritu desarrollo. Ahora centro toda la atención en mí, en sentirme en coherencia y equilibrio antes de comenzar mi trabajo. En sentir mi conexión con la Tierra y con Dios Padre/Madre y en permitir que la energía del AMOR SIN CONDICIONES fluya libremente a través de mis manos y mi corazón. Y mi única intención durante la sesión terapéutica es mantenerme enfocada y conectada en el aquí y el ahora, en el momento presente.

En mi recorrido he conocido muchas personas que se dedican a la sanación, incluyéndome a mi misma que conocían muchas técnicas y algunas de ellas muy efectivas y gratificantes, pero nadie nos enseño nunca como terapeutas a estar presentes y a vibrar en el no juicio mientras trabajamos.

Para mi francamente ha sido una liberación encontrar esta forma de empoderar a los demás. Porque cuando tú, como terapeuta te pones a un lado, es cuando la persona se permite SER en toda su amplitud y es en esos momentos cuando suceden los milagros y las sanaciones que la ciencia no puede explicar.

Es lo que vino a contarnos nuestro amado Jesús. Él no sanaba. Él mantenía una frecuencia profundamente elevada, la frecuencia del AMOR SIN CONDICIONES. Y este amor no puede por más que empoderarnos y sanarnos a los niveles mas profundos del alma. “Por tu fe te has sanado” decía.

AMAR SIN CONDICIONES es permitir al otro mostrarse tal y como es y que mientras lo hace nos mantengamos Presentes, en el aquí y en el ahora, en el único momento en el que la mente no existe y se trasciende la dualidad, para dar paso a la experiencia de la UNIDAD y de la PERFECCIÓN DIVINA. Después de todo esto y a su debido tiempo, germinará la semilla que se ha plantado. Solo es cuestión de tiempo y de que se den las condiciones apropiadas en nuestra experiencia.

Sobre el ego

Sobre el ego

¿Qué es el ego y porqué lo tememos tanto en el camino espiritual?

¿Porqué algunas prácticas que elegimos nos piden que renunciemos a nuestra vida terrenal cuando hemos nacido humanos y sobre la tierra?

Llevo años, muchos años dedicada en cuerpo y alma a la enseñanza de la VERDAD. Muchas personas llegan a los talleres con grandes dudas sobre el ego, por ser un concepto que nos crea mucha confusión.

¿Realmente sabemos lo que es, lo que significa?

Para poder dar respuestas a todas esas personas, no me ha quedado mas remedio que profundizar en su funcionamiento a través de mi propia experiencia vital.

A mi personalmente me gusta llamar al ego “la personalidad”. Todos nacemos con una personalidad única e irrepetible, cuya función es aportar a la creación una visión y experiencia totalmente diferente a la de cualquier otro ser vivo. Esta personalidad original y en ningún caso negativa, se va modificando y reforzando según nos hacemos mayores. La educación de nuestros padres, sus propias creencias y el influjo de lo que la sociedad espera de nosotros, va separándonos cada vez más de nuestra esencia o personalidad original. Pero todo este proceso, en el que inevitablemente nos olvidamos de quienes somos, es parte intrínseca del juego de la vida.

El ego reforzado sólo es una indicación, una pista, un recuerdo de que en algún momento nos desviamos de nuestro camino. Cuando ponemos el enfoque sobre la destrucción del ego, esto no hace más que avivarlo y fortalecerlo. Por lo tanto, la única accióna llevar a cabo con sabiduría es reconocerlo y amarlo, porque gracias a su observación se nos van revelando las heridas que provocaron el olvido de nuestra verdadera identidad.

Solo de esta manera, amando todo aquello en lo que nos hemos convertido, experimentaremos el equilibrio natural de la existencia.
La Conciencia en su infinita sabiduría nos ha creado con todos los atributos que poseemos, y si algo he aprendido durante todos estos años en el Camino, es que todo lo que recibimos en el momento de encarnar es absolutamente perfecto, así como todas las experiencias “buenas”(realizaciones) y “malas”(traumas).

Esta perfección divina solo debe ser reconocida, encontrada y abrazada. Todo lo demás, todo aquello que pretenda convencerte de que para vivir tu propia espiritualidad, debes comportarte de una cierta manera, anular tu ego, dejar de hacer lo que amas, pretender que sigas el camino espiritual con un tremendo esfuerzo, vestirte de una cierta manera, abandonar lo que la vida nos ofrece de una manera tan abundante, etc., Todo eso, no tiene nada que ver con la VERDAD de la que os hablo.

Lo único que podemos hacer con este “ego” es elevarlo a la frecuencia del amor.

Y seguro que te estarás preguntando ¿Y como hago eso?

Pues bien, déjame decirte que solo tú sabes como puedes hacerlo, y estoy absolutamente convencida de que lo sabes. Y te digo esto porque yo también pensaba que no sabía la manera de encontrar la felicidad que tanto añoraba en mi vida, pero con el tiempo me fuí dando cuenta que sí que lo sabía, y que solo tenía que ser yo misma, ser auténtica… Esa es la única manera de honrar la vida y cada experiencia que vivimos en ella. Cada uno de nosotros debemos elegir este camino de regreso a casa sin ninguna sombra de temor, escuchando a cada paso las indicaciones de nuestro corazón, eligiendo siempre lo que sea que esté en coherencia con nuestra verdadera naturaleza.

De todos los años que llevo dedicándome a la enseñanza, no he encontrado a una sola persona que no busque lo mismo que otra. Absolutamente todos buscamos vivir en paz, en armonía, dedicarnos a lo que amamos, disfrutar de nuestra experiencia y abandonar esta vida sabiendo que cada momento ha merecido la pena.

Todo esto es lo único que nos llevamos de aquí. Aprendamos pues a honrar la vida que nos ha sido dada y a hacerlo desde la conciencia infinita que nos habita.

Ese es el mejor regalo que puedes hacerte, y que puedes hacerle al resto de las personas que caminan a tu lado en esta experiencia que llamamos vida.

Vive la vida despacio…Vive la vida sin prisa…

Vive la vida despacio…Vive la vida sin prisa…


La mayor parte de nuestro tiempo aquí en la tierra nos la pasamos pensando en qué nos deparará el mañana. Nuestra mente siempre se encuentra

ocupada intentando descifrar si tendremos éxito, si nuestros esfuerzos se verán recompensados, si la abundancia llamará a nuestras puertas, si el destino se mostrará compasivo con nosotros, si pronto conoceremos al amor de nuestra vida…

Y la ironía es que ese futuro no existe en este momento, nada existe mas allá de este momento en el que escribo estas palabras y tú las estás leyendo.

Lo único que podemos realmente hacer es vivir lentamente cada momento de esta misteriosa vida, disfrutando cada paso, cada encuentro, cada experiencia que se nos ofrezca. Al hacerlo vamos descubriendo poco a poco, despacio y sin prisas, esta infinita bendición que es nuestra existencia .

Vive este pequeño momento de intimidad que estamos teniendo. Yo abriéndote mi corazón, tu abriendo el tuyo.. sintiendo nuestra propia esencia, depositándola en los brazos del otro. Siente ahora el espacio que se encuentra en el centro de tu pecho y desde ahí recorre con tu conciencia el resto de tu cuerpo. Mientras lo haces podrás sentir la vida fluyendo, expandiéndose, viviendo.

Eso es confianza, eso es AMOR, eso es respeto, eso es honrar tu humanidad.

Aventúrate por el sendero hacia la libertad recordando siempre que lo único importante es disfrutar del viaje, despacio, sin prisas…

Hubo un tiempo

Hubo un tiempo

Algunas veces la vida me lleva violentamente de regreso a mi infancia y a los recuerdos más dolorosos que yacen escondidos en lo profundo de mi inconsciente.

Recuerdos que creía tener superados, aceptados, integrados…

Y cuando ese momento llega, mi primera reacción es evitarlo, poner todos los medios a mi alcance para no sentir el dolor, la tristeza, la impotencia, la decepción.

Mi primer impulso es correr en la dirección contraria, intentando que vuelvan al lugar de donde nunca debieron salir.

Hubo un tiempo en el que me sumía por completo en mi cuerpo emocional , en el que perdemos la noción del espacio y del tiempo. Hubo un tiempo en el que mi mente tomaba las riendas (aparentemente) de esos estados emocionales y me convencía de que se había hecho cargo de ellos y que no volverían a molestarme. Pero con los años comprendí que mi mente solo jugaba a hacerme sentir que yo poseía el control de mi vida y que nada podía alterar la paz artificial que ella me proporcionaba.

Luego llegaba suavemente la ansiedad y se instalaba en mi cuerpo, haciéndose cada vez mas fuerte debido a mi evitación, fortaleciéndose por mi negación de la realidad.

Sí, hubo un tiempo…pero ese tiempo ha quedado revelado por la conciencia que me habita. Nada ha cambiado en realidad, los recuerdos son los mismos, el dolor es el mismo, pero la conciencia ahora está presente.

Y es así como, a pesar de que la caja de pandora se abra, yo busco un asiento cómodo para entrar de lleno en todo aquello que me está siendo revelado.
¡Insisto!. sigue habiendo dolor, pero el dolor enfocado ante una potente luz, se convierte en aprendizaje, en Amor sin condiciones, en respeto, y finalmente en madurez.

Algunas cosas deben ser vistas y miradas de frente para que puedan iniciar su camino de integración y de disolución. Nuestras vivencias mas tristes , deben ser acogidas, abrazadas, iluminadas.

No se trata de lo que vivo, sino de mi. No se trata de los demás, sino de mí. No hay nada fuera, solo hay Yo.
Finalmente después de mucho pelear con aquello que creo que soy, empieza a revelarse un tenue sendero, casi imperceptible. Pero me resulta tan familiar que me aventuro y comienzo a seguir el camino descalza, confiada y atenta.

Cuando la atención se hace mas poderosa que el miedo, comienzo a darme cuenta, y ese darme cuenta viene acompañado de sensaciones corporales incómodas, a veces acompañadas de lágrimas, otras veces repletas de ira. No me gusta lo que siento, pero aún así lo acojo, lo permito y lo observo. Las emociones comienzan a abrirse paso a paso, moviéndose por todo mi cuerpo, cansadas, exhaustas de haber permanecido por tanto tiempo inmóviles, olvidadas, reprimidas… Y cuando lo hacen comienzo a sentirme mejor  en este cuerpo que habito, en este personaje llamado Elena, en esta vida elegida que intuyo pero no recuerdo.

A veces incluso sonrío, recordando lo duro que me parecía este proceso en un tiempo que ya dejó de existir. Y otras veces solo me quedo tranquila, aceptando el mensaje que esta vez me trajo la vida y que por suerte pude descifrar. A veces permanece la tristeza por un tiempo, una tristeza dulce, bienvenida, una tristeza sostenida por la paz que tanto anhelo. La paz del hogar, del fuego encendido, de la calidez del refugio que siempre se encuentra aquí, y que a veces olvido.

El Silencio

El Silencio

Encontrar el silencio en mi interior se ha convertido en el motor que mueve mi vida.

El silencio me hace estar tan presente, tan aquí… 

Me invita a observar el mundo y los increíbles lazos que nos unen  fuertemente, sutilmente.

Me recuerda a cada momento que el don de la vida es un regalo, muchas veces despreciado y otras tantas pasado por alto.

Podría llamar al silencio interno paz interior, aceptación, mi Ser, mi esencia…podría intentar describirlo de mil formas posibles. Pero por más que lo intento siempre me quedo ante las puertas de esta magnitud que me envuelve y me crea.

Desde hace un tiempo recibo la vida con las manos abiertas, y amo y acepto todo lo que soy y lo que siento.

Amo todo lo que Es y ese amor se transforma en una visión cada vez más sencilla e inocente de la existencia.

Esta forma de Amar ha ido calando cada vez más profundo en mí, y lo seguirá haciendo.

Esta fuerza imparable me va envolviendo, y cada vez se hace más fuerte, mas grande, más poderosa e inalterable.

Cada vez con más facilidad la rendición se hace presente y fluyo y me entrego y respiro y SOY.

¡Benditas manos!

¡Benditas manos!

¡Benditas manos!, que con ellas he trabajado la mayor parte de mi vida. Mis manos son mi modo de expresión, mi manera de sentir al mundo y de entrar en relación con otros seres vivos.

Mi hijo, cuando era pequeño me decía que la parte mas bonita de mi cuerpo eran mis manos. Y es que él ,veía la belleza a través de mi tacto, no en la forma, si no en lo que ellas transmitían. No en la belleza externa, sino en el amor que salía de ellas.

Cuando toco unos pies y me conecto a otra persona a través de ellos, es cuando más soy Yo Misma, es cuando puedo sentir la fuerza y el poder del Ser experimentando a través de mis manos esta vida, este regalo que es la existencia y que tengo la suerte de vivir en primera fila.

De pequeña siempre me preguntaba porqué tenía unas manos tan grandes. Las sentía poco femeninas y demasiado robustas. Algún tiempo después lo comprendí… Cuando toco unos pies me gusta envolverlos, acunarlos, hacerlos sentir protegidos, seguros, con la sensación de que todo está bien en ese momento. Cuando toco el Espíritu a través de mis manos entregada por completo a la conciencia que nos habita, ABRAZO como a mi me gustaría que me abrazaran, SIENTO como a mi me gustaría que me sintieran, AMO como a mi me gustaría que me amaran. Ofrezco mi corazón y todo mi Ser, descanso enteramente en el ahora y recibo siempre mucho más que lo que doy.

La vida me llevó por caminos muy diferentes y aunque a todos los he amado, me quedo con el camino de servir con mis manos, de cantar con mi alma a través de ellas, de expresarme cual artista sobre el lienzo de un cuerpo habitado por un alma que busca la paz, al igual que cualquier ser humano.

Me quedo con mis manos para bendecir y liberar, para enseñar y empoderar, para que me devuelvan a esta realidad que habito una y otra vez, al momento presente, al ahora.

Mis manos son mi meditación y mi terapia. A través de ellas me siento, me veo, me acepto, me amo. A través de su sabiduría e intuición me fundo en la Unidad y en la vida. A través de ellas toco el cielo y la tierra y mi corazón se da y se recibe. A través de ellas me diluyo con el TODO, expandiéndome en la NADA.