¡Benditas manos!

¡Benditas manos!

¡Benditas manos!, que con ellas he trabajado la mayor parte de mi vida. Mis manos son mi modo de expresión, mi manera de sentir al mundo y de entrar en relación con otros seres vivos.

Mi hijo, cuando era pequeño me decía que la parte mas bonita de mi cuerpo eran mis manos. Y es que él ,veía la belleza a través de mi tacto, no en la forma, si no en lo que ellas transmitían. No en la belleza externa, sino en el amor que salía de ellas.

Cuando toco unos pies y me conecto a otra persona a través de ellos, es cuando más soy Yo Misma, es cuando puedo sentir la fuerza y el poder del Ser experimentando a través de mis manos esta vida, este regalo que es la existencia y que tengo la suerte de vivir en primera fila.

De pequeña siempre me preguntaba porqué tenía unas manos tan grandes. Las sentía poco femeninas y demasiado robustas. Algún tiempo después lo comprendí… Cuando toco unos pies me gusta envolverlos, acunarlos, hacerlos sentir protegidos, seguros, con la sensación de que todo está bien en ese momento. Cuando toco el Espíritu a través de mis manos entregada por completo a la conciencia que nos habita, ABRAZO como a mi me gustaría que me abrazaran, SIENTO como a mi me gustaría que me sintieran, AMO como a mi me gustaría que me amaran. Ofrezco mi corazón y todo mi Ser, descanso enteramente en el ahora y recibo siempre mucho más que lo que doy.

La vida me llevó por caminos muy diferentes y aunque a todos los he amado, me quedo con el camino de servir con mis manos, de cantar con mi alma a través de ellas, de expresarme cual artista sobre el lienzo de un cuerpo habitado por un alma que busca la paz, al igual que cualquier ser humano.

Me quedo con mis manos para bendecir y liberar, para enseñar y empoderar, para que me devuelvan a esta realidad que habito una y otra vez, al momento presente, al ahora.

Mis manos son mi meditación y mi terapia. A través de ellas me siento, me veo, me acepto, me amo. A través de su sabiduría e intuición me fundo en la Unidad y en la vida. A través de ellas toco el cielo y la tierra y mi corazón se da y se recibe. A través de ellas me diluyo con el TODO, expandiéndome en la NADA.

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